Tras unas semanas tranquilas, la política gallega ya tiene otros destinos políticos, el nuevo gobierno de Alberto Núñez Feijoo, el séptimo Presidente de la Xunta desde la preautonomía del señor Rosón.
Reducidos los altos cargos en un 47%, la nueva estructura de la Xunta se organiza en torno a 10 consellerías y 5 delegados territoriales.
Sin cuotas provinciales, Feijóo ha buscado conselleiros con perfil de gestor y de experiencia contrastada en la gestión pública.
Por fin, la Xunta no será un chiringuito para colocar a toda la militancia de un partido político, y sólo los más capacitados y preparados estarán llamados a desempeñar funciones políticas en clave de país.
Me gustó especialmente el nombramiento de Alfonso Rueda como Conselleiro de Presidencia y Xustiza, con experiencia contrastada en la materia con su paso por la Dirección Xeral de Administración Local en el Gobierno de Fraga, Dirección que también ha recaído en un hombre de mucha experiencia como lo es José Norberto Uzal, dos ex-compañeros de la Facultad de Derecho de la USC, a los que les virtúo grandes empresas para el mandato encomendado por nuestro Presidente Alberto Núñez.
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