Las salvajadas políticas acostumbran a rellenar los periódicos, pero las hay que son lamentables.
El pasado viernes, 10 de octubre, a las 7 y media de la mañana, la alcaldesa de Artexo conducía el coche camuflado de la Policía Local, un Peageut 207 gris.
En un momento del trayecto, a su paso por la Avda. Buenos Aires del municipio colisiona contra un coche que estaba estacionado en esa misma avenida.
La sorpresa del suceso ya no es sólo que la Alcaldesa aproveche su cargo para usar un coche de la Policía Local, sino que la susodicha no cumplió con su deber de ciudadana ni de autoridad no dejando ni una nota al vehícula afectado y lo peor de todo y que representa una extraordinaria gravedad, siguió su camino toda pancha.
La actitud de la Alcaldesa merece una dura reprobación, además de que su falta de respeto a lo sucedido y su inexcusable falta de responsabilidad son motivos más que suficientes para que dimita como máxima representante de sus vecinos.
A lo mejor le gusta colaborar con sus policías en la vigilancia de las calles, o a lo mejor lo único que le gusta es aprovecharse de su cargo para hacer abuso de poder y mando.
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