miércoles, 20 de enero de 2010

La lealtad de los amigos





Ya que no soy de esos hombres con alma de poeta ni tampoco soy persona de grandes discursos, me ceñiré a mi sencilla gramática para dedicarle unas palabras a un amigo que, a partir de hoy, tendrá por estancias las Américas de Colón, por cierto, a las que se va con una figura de Pedro Madruga (encontrad relación), obra de Sargadelos (viva Isaac Díaz Pardo).

César Abal.

Seguramente tendría que contar tantísimas anécdotas de todos estos años de amistad, pero prefiero dedicarle unas palabras de hasta luego que no un aventurado adiós.

Tiene entre sus manos una oportunidad laboral de esas que no se presentan todos los días y menos en los aberrantes tiempos de nuestra era.

Se va a lo que siempre le gustó, la empresa privada.

Ganador hace unos años del Primer Concurso Ideas Empresariales Concello de Pontevedra, plasmó a lo largo de sus más de mil entradas en el Blog que regenta su idea moderna de Pontevedra, fuera de ese condenado bipartito local.

Si no fuese por él, seguramente yo no habría seguido militanto en política en ciertos momentos en los que el destino no me acompañó, pero yo, al igual que él, no guardamos resentimiento hacia nadie, tenemos ideales, no jugamos a vetar a compañeros, tan sólo somos coherentes con una lealtad que en su día dimos a unas personas que admiramos y ayudamos sin pedir nada y sin esperar nada a cambio.

Amigo mío, te deseo todo lo bueno que un camarada le puede desear a otro.

Desde tu querida Galicia, acuérdate que aquí estamos y seguiremos estando.

Con un brindis me despido.

Por ti, César.




3 comentarios:

Anónimo dijo...

Un abrazo mío también César!!!!!


Fatima

Anónimo dijo...

y un mojón asín de grande para los dos!

Anónimo dijo...

Me uno a ese brindis virtual. Un fuerte abrazo a César!!!
Jimena