El fútbol y la política... ¿caminos parecidos?

El misterio de la realidad española es como el de la Santísima Trinidad, España (el padre), los españoles (el hijo) y los políticos (el espíritu santo), 3 incognitas para una misma cosa: el conjunto de España (Dios).

Alegorías religiosas aparte, este artículo viene a honrar la camiseta de mi selección gallega de fútbol y la de mi selección nacional de fútbol, la española.

Habrá pocos políticos en España que no defiendan sus sentimientos en voz alta, unos mejor que otros, pero todos los defienden, y parto de que respeto y admiro que lo hagan, aunque, a veces, no esté en absoluto deacuerdo con las formas y menos con las que son excluyentes.

Ahora bien, no todas las maneras de reivindicación son igual de provechosas y menos, aún, responsables.

Están los políticos, nacionalistas o no, que sólo saben hablar de independencia, patriotismo, historia, nación... y no tienen más discurso como gestor que ese, ejemplos como muchos diputados que corren por los asientos de las Cortes Generales o juegan a ser gestor público.

Un político no sólo está para reclamar sus sentimientos o su devoción como salvapatrias, está para gestionar, para trabajar, servir a su país y servir al pueblo, que es para quien tiene el honor de trabajar. A mi me gustan los políticos que tienen conocimientos históricos y culturales muy amplios, como Fraga, Pujol, o Tierno Galván (D.E.P), por poner ejemplos claros, pero que tienen a sus espaldas una razonable y buena gestión de sus gobiernos con respecto a los servicios públicos.

Pero se da la paradoja de que los hay, y lo respeto, que sólo se dedican a preocuparse de la "unidad de destino en lo universal de sus pueblos o tierras", aunque Cataluña esté sin luz 20 días, en el País Vasco la gente no viva en libertad o que en Galicia la gente siga esperando por las ayudas de los incendios durante más de un año, sí sí, la exaltación territorial para algunos vale más que las personas.

Yo soy una persona que siempre dice y dirá, alto y claro, mis sentimientos hacia Galicia, soy galleguista por principios, por familia y por tradición, porque me siento gallego, porque amo mi lengua y porque pretendo que el trabajo de gente como Rosalía, Cabanillas o Castelao no se quede en los libros de historia. Pero no por ello voy a querer la exclusión del resto de España, al revés, me gusta sentirme también español, porque esa es su grandeza, su diversidad, su pluralidad de tierras y culturas, y creo que desde la unidad del Estado y la solidaridad se puede hacer mucho más por las personas de cada territorio autonómico que desde la separación, la división o la independencia, y eso también sirve para el fútbol y para el deporte en conjunto. Es mi humilde y democrática opinión, ¿cuál es la vuestra?.