Las fuerzas armadas siempre estuvieron presentes en la historia de España, tanto para bien como para mal.El intervencionismo militar en la vida política española a través de los pronunciamientos y nombramientos políticos
fueron una constante durante todo el s.XIX, podemos mencionar hechos como la sublevación en Cabezas de S.Juan del
coronel De Riego con el fin de obligar a Fernando VII a aceptar y jurar la Constitución de Cádiz; la
regencia de Espartero tras la dimisión de la reina Mª Cristina; la sublevación de
Prim y Topete contra el gobierno de Isabel II, estallando la revolución La Gloriosa; la entrada en el Congreso de los diputados del general
Pavía a caballo, derrocando en la toma de investidura el posible gobierno de centro-izquierda en los fatales finales de la
I República; o el pronunciamiento militar de
Martínez Campos en Sagunto proclamando como legítimo rey de España a Alfonso XII.
No seguiré relatando más acontecimientos históricos de este tipo porque son de sobra conocidos por nosotros...
Primo de Rivera... Franco... Tejero...
Fue a partir de los años 60 cuando una parte muy significativa del ejército español comienza a adoptar
otra conciencia política proclive hacia una democracia liberal.
Muchos de estos militares se concentraron en torno al grupo de "
Militares para la democracia", que le costó a más de alguno prisión durante los últimos meses del franquismo.
Entrados ya en plena transición, militares insignies como
Gutirrez Mellado, demócrata y español de principios, facilitaron que el proceso democratizador no se viera entorpecido por intentonas golpistas hasta la protagonizada por el coronel de la Guardia Civil,
Antonio Tejero, que entró en el congreso de los diputados dando un Golpe de Estado en el día de la investidura de Calvo Sotelo como Presidente del Gobierno,
una reproducción exacta del Golpe de Pavía en el s.XIX.
La concluyente intervención del Rey descalificando a los sublevados, además de a esa parte del ejército que estaba más que integrada en el régimen constitucional, desdibujaron toda posible reinstauración dictatorial, militares que se mantuvieron
al lado de la Constitución y que entraron a detener a los sublevados al grito de
"por el rey".Era un hecho que la mayoría del ejército, si bien es verdad, en algún caso, por lealtad al rey, aceptaron la legalidad democrática y asumieron sus obligaciones constitucionales
"de garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad y el ordenamiento constitucional".
Hoy en día la Constitución, que es la carta garante de la libertad y seguridad de los españoles, tiene su mayor protección en las fuerzas armadas.
Es lógico que las Fuerzas Armadas tengan el mismo derecho a ser defendidas que otros grupos sociales o de trabajadores.
En Galicia existe la conocida
"Asociación gallega de defensa del soldado", presidida por el abogado pontevedrés, ex-militante del CDS, miembro actual de la junta local del PP de Pontevedra con Telmo Martín y asiduo contertulio de la cadena Ser en las mañanas de los sábados,
Pablo Galván.
Es muy importantes la labor de este tipo de asociaciones, sobre todo cuando nuestras tropas salen al extranjero, en muchos casos, en condiciones de guerra.
Fue bien conocida la denuncia, por parte de esta asociación, de que los vehículos militares no tuviesen aún inhibidores
"cuando los coches de los conselleiros si los tienen", durante aquel atroz atentado en el Líbano contra las tropas españolas.
El compromiso con la seguridad y los derechos de los militares de esta asociación fue más allá de lo meramente reivindicativo.Cuando Rodríguez Ibarra había dicho
"que se mostraba partidario de la vuelta al servicio militar obligatorio", la asociación salió al paso tras su perplejidad, ya que afirman
"que sólo desde sectores conservadores se piensaba así".Habían criticado además que Ibarra hiciese un comentario muy ambiguo sobre el origen de los militares españoles
"todos los muertos son españoles de Madrid para abajo o de más allá del Atlántico". La asociación denunció estas palabras aludiendo "
a que los militares fallecidos son de diferentes CCAA", cuando el origen da igual, ya que todos son pertenecientes al Ejército español.
Su compromiso trata en defender las salidas y falsedades de la realidad en las palabras de los políticos, muchas veces hablando sin saber,
promover la seguridad y las condiciones de los militares, como también, defender un Ejército Profesional como el actual, rechazando volver al servicio militar obligatorio, que había suprimido el gobierno de Aznar.
Es un orgullo que haya gente que se interese y se preocupe desinteresadamente
por unas personas que son garante de la vigencia constitucional y que, en muchas ocasiones, ponen en riesgo sus vidas por ayudar y proteger a los demás, como hacen los militares del ejército de la España constitucional.