domingo, 4 de mayo de 2008

Un hombre en la historia



Sensato, inteligente, demócrata... Un UCEDEÍSTA.

No voy a mencionar más datos biográficos que los ya repetidos estos días.
Pero me siento obligado a desmentir algunas cosas que algún periodista no muy ducho en historia ha soltado.

D. Leopoldo Calvo Sotelo militó en las juventudes monárquicas y fue fundador de Unión Española, partido político pro-monárquico.
Hasta aquí todo bien. Lo que no voy a permitir es que se diga que Calvo Sotelo fue franquista, cuando llegó a estar hasta en el calabozo por su condición expresa de activista monárquico.

Un gallego de corazón. Amó a Galicia hasta el final. Fue leal a España y a la democracia.

Leopoldo Calvo Sotelo.

8 comentarios:

Miguel A. Pazos Fernández dijo...

Tiene su sitio en mi blog. Por cierto, el Farsa(Barça) le toca hacer el pasillo al campeón. Vaya morbazo, yo no me lo pierdo.

Un saludo

Anónimo dijo...

Home, non se pode negar o traballo de Calvo-Sotelo a prol do que hoxe temos.

Pero tampouco se pode negar que formou parte do aparello franquista; como cando foi presidente da RENFE nos 60. E logo ministro do goberno de Arias Navarro que, se ben se deu xa morto Franco, estaba composto por todos os elementos do aparello franquista que pretendían reciclarse para non evitar a purga de responsabilidades que, como regla xeral, se dá logo dunha dictadura (e que aquí en España non se deu).

Como perla do propio Calvo-Sotelo: "Hay que fomentar la emigración de gentes de habla castellana a Cataluña y Valencia para así asegurar el mantenimiento del sentimiento español que comporta". Aínda que ao mellor algúns dos que frecuentan o teu blog están dacordo con tal afirmación.

Polo demais, si, hai que recoñecer o traballo de Calvo-Sotelo e demais a prol da democracia, cando menos do seu comezo, se ben estou seguro de que o último que tiñan na cabeza era precisamente a democracia.

Anónimo dijo...

Hoy estarán todos en Ribadeo para despedirle. Ese crisol familiar donde figuran todas las ideologías políticas que han marcado la historia del siglo XX español. A esa saga, asociada por lo general a la derecha de siempre, pertenece el Calvo Sotelo asesinado en la Legislatura del Frente Popular (13 julio 1936), pero también el Francisco Bustelo defensor del marxismo como seña de identidad del PSOE en el famoso XXVIII Congreso.

Tal vez eso explique el discreto virtuosismo de Leopoldo Calvo Sotelo, un presidente sobrevenido, para dar salida a una explosiva situación política. Entonces los españoles no se jugaban el triunfo de la derecha o de la izquierda, sino la supervivencia del régimen democrático y la definitiva reinserción de España en Europa. Ése era el desafío de Calvo Sotelo entre la asonada golpista del 23-F y la ya imparable irrupción de la izquierda en el Gobierno, casi medio siglo después del asesinato de su tío a manos de pistoleros de izquierdas.

Desde el asesinato del Calvo Sotelo jefe de la oposición parlamentaria (Bloque Nacional) habían pasado cuarenta y cinco años. Correcto. Pero desde el último intento golpista para desestabilizar la recién nacida Democracia española apenas había pasado un mes cuando los españoles acudieron a las urnas que alumbraron la histórica barrida electoral del PSOE. Me refiero a la conspiración descubierta por el Gobierno Calvo Sotelo a principio de octubre de 1982, cuando ya estaban convocadas las elecciones generales.

La habilidad, la discreción y la prontitud con las que se detuvo y se controló a los implicados (dos coroneles y un teniente coronel como primeras cabezas visibles) sirvieron para evitar a los españoles el trauma de conocer los detalles de una segunda intentona golpista mejor elaborada y más violenta que la superfilmada del 23-F. A esta especie de convulsión con sordina, que marcó los veinte meses del Gobierno Calvo Sotelo, se refiere, sin dar cuartos al pregonero, su sucesor en Moncloa, Felipe González en su artículo de ayer en El País. El entonces aspirante explica que se veía a menudo con el titular, pero "muchas más veces de las que trascendían a la opinión pública porque eran tiempos difíciles en los que todos remábamos en la misma dirección: consolidar la democracia y procurar que los sectores involucionistas estuviesen controlados".

El excelente trabajo de los ministros de Interior, Juan José Rosón (ya fallecido), y de Defensa, Alberto Oliart, hicieron el resto para poner fuera de la circulación a los cabecillas, cuyos siniestros planes desestabilizadores se iban a llevar a cabo el 27 de octubre de 1982, en plena jornada de reflexión de unas elecciones cuyo desenlace confirmaría el histórico vuelco de una España recién salida del siglo XIX. En gran medida, gracias al político decente y al hombre sabio que, como decía ayer el ex ministro Oliart, "siempre puso los intereses de la Nación por encima de los suyos propios".

Por ahí va el sentido agradecimiento que la clase política y los ciudadanos le han rendido en las últimas horas con su paso por la capilla ardiente, instalada hasta primera horas de hoy en el Congreso de los Diputados. Descanse en paz, presidente.

Antonio Casado

Anónimo dijo...

Hola amigos.

Mi particular visión de una manera más profunda sobre los personajes de la Transición la diré cuando acabe un artículo sobre el que estoy trabajando.

Pero, Tevye, sobre lo que dices puedo responder que a las personas se les acaba conociendo más que por sus venideras opiniones o frases por sus acciones y actos, y creo, sinceramente, que Calvo Sotelo tuvo una vocación democrática sin paliativos.

En el primer Gobierno de la monarquía se encontraban personas que luego fueron los que desmantelaron las instituciones del régimen franquista.

Él tuvo un cargo técnico, no ideológico, como lo pudo tener el padre del señor Bono, que fue alcalde falangista (no lo juzgo por ello). Como tú y yo bien debatimos ahí atrás, para ti que Vicente Risco colaborase con el franquismo no significaba que renegase de su condición galleguista, creo que se puede evocar este mismo caso, el de Calvo Sotelo.

A Miguel: no me perderé por nada del mundo ese partido.

A Antonio Casado: hay un gran periodista en este país que se llama así y escribe grandes artículos como el comentario aquí puesto, si usted es ese Antonio muchísimas gracias por pasarse por este humilde Blog.

Un abrazo a todos

Anónimo dijo...

Bueno, pero Risco nunca participou no aparello. Esa é a diferencia.

Polo demais, non lle quito ningún mérito a Calvo-Sotelo.

Anónimo dijo...

muy buena la contestación a tevye, que solo parece dar escusas ante lo que el debe pensar que tiene,,, posesión de verdad ante todo lo que dice, aunq siempre desd el respeto eso hay que admitirlo

Anónimo dijo...

tevye, si tuvieses un blog, que clase de personas lo frecuentarían?...

Anónimo dijo...

Al anónimo anterior le pediría que contra argumentase a Tevye si está en desacuerdo con él, y no caer en diferencias sin más.

Lo bueno de un debate es conocer las opiniones bien argumentadas de todos los participantes.

Un saludo a Tevye y al anónimo.